Os agolpáis entorno al prójimo y para ello tenéis hermosas palabras. Pero yo os digo: Vuestro amor al prójimo es vuestro mal amor a vosotros mismos.
Huís al prójimo huyendo de vosotros mismos y de ellos quisieras hacer una virtud: mas yo adivino la razón de vuestro "desinterés"
El tú es mas antiguo que el yo: el tú esta santificado, pero el yo todavía no: por eso el hombre se agolpa en dirección al prójimo.
¿Os aconsejo el amor al prójimo? Mejor aún, os aconsejo la huida-del-prójimo y el amor-al-distante!
Mas elevado que el amor al prójimo es el amor al lejano y al venidero; mas elevado que el amor al hombre es el amor a cosas y a fantasmas.
Ese fantasma que va corriendo delante de ti, hermano, es mas hermoso que tu: ¿Por que no le das tu carne y tus huesos?
Pero tienes miedo y corres hacia el prójimo.
No os soportas entre vosotros mismos y no os amáis lo suficiente: así que queréis seducir al prójimo al amor y cubriros con oro con su error.
Quisiera que no toleraseis a ningún tipo de vecino y sus vecinos; así tendrías que crear de vosotros mismos vuestro amigo y su corazón rebosante.
Invitáis a un testigo cuando queréis hablar bien de vosotros mismos; y cuando le habéis seducido a pensar bien de vosotros, también vosotros pensáis bien de vosotros.
Así habló Zaratustra. Nietzsche.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario