El contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. La persona que parece detestarnos nos profesa en realidad una admiración oculta . La envidia opera en esta misma dirección. Allí donde apunta la furia del envidioso hay un logro.
Sobre esto un filósofo que inspiró a Nietzsche, Schopenhauer decía lo siguiente "La envidia en los hombres muestra cuan desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás muestra cuanto se aburre"
Esto no quiere decir que no haya que tomar precauciones contra el envidioso, que cegado por la pasión negativa que le arrastra puede crearnos problemas. Puesto que hablar del problema no resuelve nada, lo mas sensato es evitar hacerle participe de nuestros planes, porque su tendencia inconsciente será frenarlos.
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